martes, 28 de julio de 2009

EL DURO ADIÓS

No sé por qué ni cómo. No te había conocido hasta esa noche, pero fuiste mi amiga cuando más necesitaba una. Y cuando descubra quién lo hizo, no morirá ni rápida ni tranquilamente como tú.

No, morirá lenta y sangrientamente como me gusta a mí.

Miraré al hijo de puta a la cara y me reiré mientras suplica a Dios. Y me reiré más fuerte todavía cuando gimotee como un niño.

Y cuando sus ojos se cierren, el infierno le parecerá el cielo comparado con lo que le habré hecho.

Te quiero, Goldie...


No hay comentarios:

Publicar un comentario